Jesús Rodríguez, entrenador de vocación - El Día -

VERÓNICA GALÁN, La Laguna

Jesús Manuel Rodríguez es entrenador nacional de ajedrez, pero también compite en torneos y se ha presentado al open de ajedrez, enmarcado en la IV edición de los Juegos Europeos de Policías y Bomberos. Este joven de 31 años está terminando la carrera de Matemáticas y actualmente imparte clases de ajedrez en Valledrez, en Valle de Guerra, y el club Mayco, en La La Laguna centro. Además forma a niños en el arte del ajedrez de una forma muy natural, pero también los prepara física y psicológicamente para las competiciones. En la Casa de Carta MHAT (Museo de Historia Antropológica de Tenerife), y con un paisaje inmejorable, Rodríguez explica la jugada, paciente, sagaz, cómplice de sus alumnos, que escuchan atentamente.

¿Cuál es la edad de los niños a los que da clases de ajedrez?

Llevamos siete años en Valle de Guerra. Tenemos niños de todas las edades, ahora en verano más con niños chiquititos y en invierno ya tenemos a los grandes también. De entre ellos, hay varios campeones de Canarias, un campeón absoluto de Canarias y una campeona de España. Se trata de darles al principio las nociones del ajedrez, que son un poco abstractas, a través de pequeños juegos, juegos alternativos y pequeñas partidas que duran muy poco. Se trata de mejorar la capacidad intelectual de los niños.

¿Cómo imparte sus clases?

Lo suelo asociar un poco con la idea de las matemáticas, de cuando estamos en posiciones de pensamiento, que se ve la geometría del tablero, se ve que hay muchas posiciones donde las piezas, para ir mejorando, pueden ir por varios caminos, a veces hay dos soluciones iguales por la simetría de ocho por ocho del tablero.

Entonces, ¿hay mucha matemática en el ajedrez?

Sí, sí, sobre todo por el pensamiento abstracto, que es de un nivel educativo muy alto. Es un trabajo arduo de unos dos años o tres si los coges con ocho de edad, y así con 11 años ya pueden aprender a hacer ecuaciones de primer grado, y otras cuestiones que aprenden en el colegio cinco años después.

¿Cree que es importante que los niños desde pequeños aprendan a jugar al ajedrez?

Sí, sobre todo porque es una forma de divertirse aprendiendo, y aplicando los pequeños conocimientos que van adquiriendo y van haciendo esa bola de pensamiento cada vez mayor.

¿Cómo trabaja con los niños?

Hago grupos heterogéneos entre ellos, por niveles, donde pueden jugar una partida un niño que acaba de empezar con otro que lleva dos años. Así, los que están un poco más avanzados hacen de profesores con los que tienen menos nivel, porque tú les puedes enseñar cosas pero cuando ellos realmente entienden es cuando se las explica alguien de su nivel, e incluso de más nivel, porque obligo al más grande a intentar expresar de manera más simple las ideas, eso también les ayuda. Durante el aprendizaje se van rotando, ellos van subiendo de nivel, etc. Aparte de la faceta deportiva, intento trabajar la parte de inteligencia emocional, que consiste en que cuando ellos entiendan un concepto, lo entiendan profundamente y de manera natural. Por eso después pueden aplicar las ecuaciones años antes que en el colegio. Yo a las ecuaciones las llamo el tesoro, y es un pirata que quiere un tesoro y así...

Cuéntenos algo más de la historia del ajedrez...

Tiene más de 1.500 años, pero antes era otro juego. El actual tiene su origen en España, por eso está la reina porque está ambientado en el Al-Andalus. La posición del tablero hoy en día me parece muy bonita porque representa la posición de los castillos medievales: las torres a los lados para que vigilen, las caballerías en los flancos para que salgan enseguida los caballos a defender a las piezas, el alfil, que en árabe significa consejero del rey. Es una palabra que hemos adoptado, por eso están al lado del rey y la reina; y delante los peones, que son la plebe.

¿Cómo se siente al ver jugar a sus alumnos en torneos?

Muy orgulloso. Me encanta verlos jugando y hablar con ellos sobre ajedrez. Lo de Valle de Guerra me lo he tomado como algo personal.